Un tema central en la historia ha sido la eterna búsqueda de suficiente alimento. Sin embargo, los aspectos psicológicos de los trastornos específicos en la alimentación tienen más que ver con las manifestaciones de lujo y abundancia que con las de privación. La gente se preocupa más por los aspectos relacionados con el sabor y la atmósfera que rodea a las comidas, que por la ingestión necesaria de alimentos para sobrevivir. Paradójicamente, mientras publicidades sobre alimentos que aparecen en los medios de comunicación nos incitan a probar nuevas y mejores recetas, las modelos y actrices muestran que la delgadez es atractiva. Tales dobles mensajes provocan gran confusión en niños y adolescentes vulnerables que luchan con cuestiones de identidad en relación con su imagen corporal.

La imposibilidad de controlar el exceso en las comidas y de mantener la delgadez a menudo conduce a un sentimiento de desconcierto, vergüenza y culpa. A través de estudios realizados en EE.UU. y Europa se ha comprobado que un 70% de mujeres adolescentes y jóvenes consideran que tienen un sobrepeso, a pesar de que su peso es normal con relación a su talla.

Existen tres principales desórdenes alimenticios: obesidad, bulimia y anorexia. De los tres, el primero es el más fácil de diferenciar. Es un problema serio de salud en Argentina, las estadísticas sugieren que no menos de un 20% de la población la padece incrementándose, siendo un factor predisponente para contraer enfermedades tales como: enfermedades coronarias, diabetes, hipertensión arterial, hiperlipidemias.

Existen evidencias de que la obesidad no está controlada, desde el punto de vista de prevención, diagnóstico y tratamiento por un equipo especializado, representando un claro y mesurable riesgo de mortalidad tanto en la población con sobrepeso como con obesidad.

La bulimia es más desconcertante, en la medida que puede coexistir con obesidad o anorexia nerviosa, o presentarse como entidad única.

Tanto en los pacientes anoréxicos como en los bulímicos, la enfermedad se inicia con una búsqueda de delgadez y lleva finalmente a un miedo terrible a la obesidad, lo que determina que sea una u otra la enfermedad que se desarrolle, teniendo el alimento como un medio para abordar el estrés o los conflictos emocionales.

Los Trastornos de la alimentación son cada vez más comunes, tal vez estimulados por la insistencia en la silueta perfecta. En nuestro país los números alarman: según un estudio realizado por la Asociación Argentina de Anorexia y Bulimia, el 9% de las mujeres jovenes padecen bulimia y el 3%. padecen anorexia. Una detección precoz del problema resulta fundamental para el tratamiento exitoso. Si bien la anorexia se hace evidente por la pérdida de peso, la bulimia a menudo pasa inadvertida, y es igualmente peligrosa.

Para obtener más información puede comunicarse al (011) 4815-9015, mandar un e-mail a info@bace.com.ar, o consultar en internet en: www.bace.com.ar