Los alimentos de la alegría
Una serie de estudios realizados en los últimos años han confirmado la relación entre ciertos alimentos y nuestra habilidad para calmarnos, estar alertas y hasta sentirnos optimistas.
Algunas comidas tienen influencia sobre los componentes químicos del cerebro involucrados en la determinación de los estados de ánimo, energía mental, rendimiento y conducta. Según la Dra. Judith Wurtman, investigadora nutricionista del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en Cambridge, muchos alimentos que incrementan el ánimo, agilizan la mente, aumentan la concentración o simplemente nos cambian el humor, pueden estar apilados en los estantes de su cocina.
Chocolates
Reconfortable y energizante.
Casi la mitad de las mujeres se desesperan por un trozo de chocolate, en especial cuando están sufriendo del síndrome premenstrual (SPM) o cuando las ataca el aburrimiento o el estrés. Esto puede deberse a que el chocolate es la medicina del buen ánimo. Está casi comprobado que eleva los niveles de un elemento químico del cerebro que tiene efectos estimulantes de los sentidos, similares a aquellos que se experimentan durante la euforia del amor y el romance.
Pan Integral
Relajación y Optimismo.
Si usted piensa en una manifestación forcejeando con cientos de policías en la puerta del Congreso, tendrá una idea de lo que sucede en su cerebro cuando come. La mayoría de los alimentos contienen de uno o más de treinta diferentes aminoácidos (proteínas esenciales para la salud). Igual que los manifestantes, los aminoácidos compiten para enviar mensajes al cerebro y este puede decidir a cuál quiere escuchar. En este caso, ingerir tan sólo unas rebanadas de pan integral le dará, al aminoácido triptofano, la ventaja de ser escuchado. Una vez que ingresa en el cerebro, ayuda a incrementar los niveles de serotonina, el elemento químico sedante y mejorador del estado de ánimo.
Cada vez que nos sentimos deprimidos, cansados o faltos de energía, pensamos en algún medicamento mágico que nos levante el ánimo. A partir de hoy, cada vez que se sienta de esa manera, busque la solución directamente en la heladera.
Carnes Rojas
Mayor vitalidad.
Evitar completamente la ingesta de carne roja puede producir más perjuicio que beneficio. Con todo el alboroto acerca de las dietas pobres en colesterol, muchas personas sufren deficiencias de hierro que les hacen sentir cansancio y tristeza. El cuerpo necesita de una cantidad adecuada de hierro para mantener sus células provistas del vital oxígeno, es decir, energizadas. Quienes tienen mayor riesgo de deficiencia ferrosa son los que ejercitan con frecuencia, o las mujeres que han dado a luz en los dos años pasados o que consumen menos de 2.500 calorías por día. Con sólo comer 85 gr. de carne por día (el equivalente a un tercio de un bife mediano), se mejora la absorción de hierro en casi un 200%, beneficiando potencialmente la riqueza de oxígeno en la sangre.
Pollo o Pavo
Mas atención y menos nerviosimsmo.
Esta fuente proteica pobre en grasa es rica en aminoácidos como la tirosina, que eleva los niveles de los distintos elementos químicos del cerebro como la dopamina y norepinefrina, promoviendo una mejoría en la atención, motivación y velocidad de reacción. Las investigaciones mostraron que la tirosina hace elevar los niveles de energía y ayuda al cuerpo a enfrentar el estrés con más éxito.
Café
Mayor agilidad mental
El café matinal realmente puede hacer milagros para que su día comience con un empujón. Una investigación reciente relaciona la cantidad de cafeína de una o dos tazas de café con una mayor habilidad para pensar con claridad, tomar decisiones rápidas y sentirse con más energías hasta tres horas después de haberlas bebido. Una taza y media de café eleva rápidamente el nivel de concentración, energía y autoestima. Algunos investigadores creen que la cafeína eleva la presión sanguínea con moderación y bloquea a los mensajeros hormonales que nos inducen a dormir. Pero recuerde que si toma más de dos tazas de café por día, o si es sensible a la cafeína, ésta puede ponerlo irritable y nervioso.
Agua
No beber suficiente cantidad de agua por día puede causar cierto letargo, tanto en la manera de reaccionar frente a un imprevisto como en lo que respecta a la concentración para cualquier tarea. Una leve deshidratación es causa de fatiga muy común, pero aún así son pocos los que le dan realmente importancia. La mayoría de los adultos tendrían que beber diariamente de seis a ocho vasos de agua mineral preferentemente con bajo sodio. No es conveniente sustituirlos por gaseosas, pues muchas actúan como diuréticos, aumentando la deshidratación.
Comidas Picantes
Tranquilizante
La capsaicina, el ingrediente natural que da a los picantes esa sensación de explosivo, hace arder las terminales nerviosas de la lengua. En respuesta, el cerebro libera endorfinas, naturales calmantes del dolor, que producen una exaltación de ánimo temporaria.
Cítricos
Mayor concentración mental
Las frutas cítricas se encuentran entre las fuentes más ricas de vitamina C, el ingrediente principal que eleva los niveles de un elemento químico del cerebro, la norepinefrina. Este neurotrasmisor regula la habilidad del cuerpo para estar alerta, atento y motivado. Los investigadores descubrieron que, incluso una leve deficiencia en vitamina C (la dosis diaria recomendada es de 60 Mg. o tres cuartos de un pomelo o una naranja), puede dejar a una persona irritable y triste. Aún se desconoce el mecanismo preciso, pero una falta de alimentos ricos en vitamina C puede, también, inhabilitar al organismo para absorber el hierro que necesita para combatir la fatiga. En un estudio reciente de más de mil personas con dietas apenas deficientes en vitamina C, más de la mitad informaron sentirse menos nerviosas, flojas y deprimidas al tomar cantidades equivalentes a la dosis diaria recomendada. Consumir una cantidad superior a esta puede hacerle sentir aún más animado.
En una investigación llevada a cabo en la Universidad de Alabama se reveló que quienes consumían regularmente 400 Mg. de vitamina C por día, se sentían la mitad de cansados que aquellos que tomaban menos de 100 Mg. diarios. Los suplementos de vitamina C también son una forma efectiva de recibir la dosis diaria.
Bananas o Plátanos
Antiestrés y depresión
La deficiencia de magnesio y el estrés están asociadas. Muchos médicos y dietistas aconsejan hoy en día a las personas que llevan una vida muy agitada, agregar alimentos ricos en magnesio a sus dietas, como las bananas. De acuerdo a los especialistas, la mayoría de las personas no consume la cuota diaria recomendada de 300 miligramos de este mineral. El problema empeora si su agenda es agitada: las hormonas del estrés, que fluyen por el cuerpo en momentos de tensión, expelen el magnesio de las células, resultando en menor resistencia a los virus. Consumir magnesio da un gran incremento de energía y una mayor ingesta da como resultado una disminución de la ansiedad y un mejor dormir.
Si no le gusta la idea de comer dos bananas por día, sustitúyalas por otras buenas fuentes de magnesio como las nueces, porotos, vegetales de hojas y germen de trigo.
Nueces
Quitan la ansiedad
Gracias al rico suelo en el que crecen, las nueces de Brasil (también conocidas como nueces de Pará) están repletas de selenio, un mineral ligado a la elevación del estado de ánimo. En un estudio realizado en 1990 en Gales, Inglaterra, se verificó que la gente que consumía menor cantidad de selenio tendía a ser la más ansiosa, deprimida y cansada. La cantidad equivalente a una nuez permite que uno se sienta más despierto, con más energía y menos tenso. Otras buenas fuentes de selenio son los frutos de mar, el queso cottage y las frutas.